Piano del este. Vomita el corazón, olvida la mente. John Object .
John Object solía ser un músico ucraniano, ahora se ha convertido en un soldado de primera clase que participa en el frente. A través de las imágenes y los sonidos del piano ha tratado de plasmar lo que vive en la realidad.

¨A la llegada de mi unidad, encontramos una casa que estaba habitada únicamente por una pandilla de gatos callejeros, olía fatal, pero estaba vacía y tenía un viejo piano ucraniano, usado principalmente como estante. Mi unidad inmediatamente comenzó a pedirme que tocara, pero lamentablemente muchas teclas del piano estaban fuera de servicio y desaparecidas. Pero hice lo que pude y tiene sentido para mí. De todos modos, estoy divagando. Mientras estoy en una computadora portátil y tengo Internet, aquí está. Por favor, sepan que los ucranianos son personas reales que son asesinadas por los rusos todos los días. Lamentablemente, los rusos también son personas reales y lo hacen de buena gana. Creanme.¨
Gloria a Ucrania.
PFC Timur Dzhafarov.
Vomita el corazón, olvida la mente. Así nombró John a la pieza que tocó como pudo en un piano medio roto. Hay dos momentos de la melodía que están cargados de afecto,
el primero suena a la mitad, en donde se escucha a John comunicándose con otros soldados por medio de una radio, el segundo sucede al final de la canción y resulta ser un suspiro muy profundo. Considero que el título de la melodía puede ser la representación de lo que implica participar en la guerra y afrontar a la muerte en cada batalla. Al escuchar el sonido de las teclas se siente una sensación vivaz, linda, cálida, hasta que suena la radio, John contesta con seriedad y frialdad, continúa tocando y por último suspira, desde mi percepción es un suspirar de tristeza con desesperanza.
¿A que se enfrenta un soldado cuando va a la guerra? Al odio. Freud (1929), en su texto el malestar en la cultura expresa que el ser humano tiene una tendencia innata al mal, al odio, a la crueldad y la destrucción. Maupassant, citado por Cottet (2011), menciona que el odio va más lejos: apunta al goce incluido en el cuerpo a destruir. En Kant con Sade, Lacan evoca una dimensión del odio en la que la víctima es perseguida más allá de la destrucción de su propio cuerpo: continúa más allá de la muerte en la eternidad. El odio siempre ha estado presente en la sociedad con su misma fuerza destructiva, en estos mismos momentos lo podemos observar desde la situación que ocurre en Gaza. Sí bien, la guerra puede tener su razón de ser, funge a nivel masivo como la pulsión agresiva para defender un territorio ante un enemigo, hacer justicia, pero ante un mundo gobernado por perversos narcisistas y personalidades psicopáticas, dudo que la guerra tenga un fin justo.
Al toparme con la fotografía del piano, que servía de armario para las mochilas de los soldados, recordé la presencia de la música en la guerra, el sonido de los tambores que acompañan al ejército para dar fuerza. Por otro lado, el encuentro de John y sus compañeros con el piano, fue como encontrar un oasis en el desierto, quizás fue un momento para respirar, soltar el arma y apretar la tecla, que delicia escuchar un piano, aunque sea desafinado, después de estar inmersos entre ruidos de guerra.
Ante todo esto podemos dimensionar lo esencial de las artes en los momentos más atroces y oscuros de la humanidad, para intentar recobrar el aliento y ganar un poco de esperanza. Finalmente, para esos soldados, el piano fungió como un antídoto para mitigar el dolor de la destrucción y la angustia de ser perseguido.
Bibliografia:
Kin (2023). In piano John Object captures emotional realities of war in Ukraine. Obtenido de:
https://cdm.link/2023/08/in-piano-john-object-captures-emotional-realities-of-war-in-ukrai ne/
Freud, Sigmund. “El malestar en la cultura” (1930 [1929]). En Obras completas. Vol.
XXI. Buenos Aires: Amorrortu.
De Maupassant, G., “San Antonio”, Cuentos, Madrid, Página de Espuma, 2011
Lacan, J., El Seminario, libro 1: Los escritos técnicos de Freud, op. cit., pág. 403. Citado por François Regnault, “Hais les joyeux”, Le diable probablement, Revue politique, nº 11, Paris, 2014, pág. 82.